El mundo del bricolaje es muy extenso. Aprender destrezas trabajando con herramientas y materiales puede darte la posibilidad de poder realizar cualquier tipo de tarea doméstica-
Hoy nos salimos un poco del guión. Abandonamos los flexómetros, las sierras de corte, etc. en definitiva herramientas más entre comillas “profesionales” para ver como encuadernar libros, una tarea que pensamos también te puede ser muy útil en casa.
Antes de ello, echemos un vistazo a la historia para conocer el interés del hombre por proteger sus documentos o libros más valiosos.
Gracias a aquellos pioneros en el bricolaje de la encuadernación, hoy en día tenemos toda esta documentación a nuestra disposición.
Cómo puedes encuadernar libros
No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos. El Principito
Hay ejemplos desde el siglo IV. Algunas constituyen expresiones culturales de la Grecia antigua, hechas de piel para proteger papiros o pergaminos. La técnica se ha ido perfeccionando en la encuadernación y elaboración de fundas. Éstas son toda una explosión decorativa y de creación. Lo fundamental de este arte es que facilita el uso de los libros y además permite cuidarlos. Observa el diseño de las diferentes obras. ¡Todo un reclamo para la lectura!
En el mundo clásico los griegos cortaban las hojas para igualar los tamaños, las doblaban y unían. Tras encuadernarlas, metían los libros a cocer. También existen primitivos modelos en Egipto formados por simples fardos de piel para cubrir los rollos de escritura. La cultura visigoda fabricó cajas adornadas con piedras preciosas. Sin embargo, el verdadero lujo comenzó en el siglo XV. A esas alturas ya estaba inventada la encuadernación con tablas de terciopelo, con mosaicos, láminas de oro, marfiles con relieves o plata decorativa. Ésta también servía de base para fijar relieves. Los libros religiosos se ornamentaban normalmente con piedras preciosas y esmaltes. También incluían variados relieves en oro y plata, usando esta decoración como símbolo de poder.
Los libros comenzaron a encuadernarse con tapas de cartón en el siglo XVI, dejando atrás el uso de tablas de madera. Por encima se unía el cartón con piel decorada. De esta manera los libros se hicieron más manejables y se evitaba los problemas de conservación propios de la madera.
Los estilos de encuadernación se han diversificado mucho más que la técnica: encuadernación rústica, bizantina, en pasta, a la alemana, cartoné, etc. Ésta última consiste en coser o encolar un libro con una cubierta dura de cartón en el lomo y después forrarla con piel.
Es muy probable que tengas algún libro antiguo o deteriorado por el uso que quieras cuidar. O tal vez te gusta leer en tus trayectos. Si es así, te interesa saber cómo se hace una funda. Para realizar acabados en las cubiertas de los libros o elaborar fundas protectoras, podemos servirnos de materiales como el fieltro, madera, trozos de ropa vieja y velcro para los cierres. Recuerda medir tu libro estándar antes de cortar el material.
Si trabajas con fieltro, doblarás la pieza principal unos centímetros a los lados, fortaleciendo el pliegue con la plancha, sin aplicar vapor. Tras coser la tela doblada, repetimos la operación de planchado en los pliegues de arriba y abajo que no coseremos hasta realizar otros dos pliegues laterales. Éstos han de ser de al menos 4 centímetros y se coserán junto con los pliegues horizontales de la funda. Después podemos incorporar accesorios a modo de adornos o coser asas.
Hay muchas formas y diseños prácticos que nos alegran la vista antes de sumergirnos en lo esencial de la lectura, tanto en soporte digital como en los libros de toda la vida.
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